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Práctica de atención a la respiración

La práctica de la atención a la respiración es una de las prácticas fundacionales del Mindfulness ya que por un lado, la respiración es algo que nos acompaña todo el tiempo. Respiramos cuando estamos despiertos o dormidos, quietos o en movimiento, conscientes o distraídos… Por otro lado, la respiración nos indica cómo nos sentimos: cuando estamos relajados, nuestra respiración es profunda y pausada, cuando estamos estresados o enojados, nuestra respiración es acelerada y poco profunda.

En esta práctica, nuestro objeto de atención son las sensaciones físicas que acompañan a la inhalación y a la exhalación, es decir, nos concentramos en notar cómo se siente esto de respirar en mi cuerpo.

Invariablemente, mi mente se va a distraer y se va a ir a otro lado. El ejercicio consiste en realidad en darme cuenta de cuando mi mente se ha distraído y traer de regreso mi atención a observar la sensación física de la respiración.Los objetivos de esta práctica son múltiples: Por una parte, fortalece mi capacidad de atención y concentración, ya que continuamente estoy atendiendo a las sensaciones de la respiración. por otro lado, me permite traer mi mente a casa, es decir, a mi cuerpo. Además, trae mi atención al momento presente, ya que siempre respiro en el momento presente.

El efecto de esta práctica, además de reconectar con el momento presente y de traer mi mente a casa, es que se activa en mi lo que se conoce como la respuesta de relajación, contrarrestando así los efectos nocivos del estrés en mi cuerpo.Esto me genera una sensación de calma y bienestar y me ayuda a tener una mente más clara.

Atención a la respiración

Caminata atenta

Escaneo corporal